La cara de
unhombresube por mis piernas.
Bestia midiendo su presa
prepara la boca próxima
a morder,
a hundirse en la
carne
aún sin explorar.
Precipitados en
el delito del preámbulo
burlando la
cautela del pudor
dedossurgidosviajanengarzados
abriendo anchuras
en la estrechahuella.
Se inicia la
posesión peregrina.
Visitando el
santuario de la vida,
dolor y gozo se
persignan
bendiciendo el
refugio que se ofrece.
El surco sangra
en el espasmo,
olor a
bautizofluye.
Nace el deseo.
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